Sus dos grandes pasiones son su familia y su arte. Es en su propio hogar donde se encuentran sus mejores obras y su fuente de inspiración: sus hijos. Para la artista ponceña Glennys Castro es “la vida misma” el tema principal de sus obras y considera una buena obra de arte, un legado.????Madre de dos pequeños varones, Glennys confiesa que cumplir con su agenda de esposa, madre y artista a tiempo completo le sirve de base para cada uno de sus trabajos. ??“Siempre fui artista”, manifiesta llena de energía al tiempo que muestra sus obras que cubren las paredes de su hogar y cuenta divertida cómo su esposo Javier Calderón denominó su casa entera como “su estudio”. ??Glennys califica como “un legado” la compra e inversión del buen arte, algo que usted le deja a sus hijos y nietos para toda su vida. ??“?? ??Glennys descubrió desde muy joven su talento y su vocación, pero no fue hasta que llegó a la escuela superior que tomó su primera clase de arte, lo que para ella significó comenzar a ‘pulir’ sus habilidades artísticas, habilidades, dicho sea de paso, heredadas de su madre, quien también pinta e inculcó a Glennys el amor al arte. La artista cree firmemente que “todos nacemos con la habilidad” y que sólo se necesita fomentarla. ??Con un Bachillerato en Artes de la Universidad Católica de Ponce, esta ponceña admite que es a su padre a quien primero muestra sus obras y lo denomina “su mayor y mejor crítico”. La menor de 5 hermanos, Glennys relata su experiencia de trabajo en el Laboratorio de Conservación del Museo de Arte de Ponce y la cataloga como “divina”, en la que aprendió con los mejores. Como voluntaria diseñó y dirigió los campamentos de arte de verano para niños, labor que le fascinó por contar con los recursos disponibles y el apoyo total que le brindaba el Museo. Y añade en tono jocoso que “cuando vuelva a vivir en Ponce vuelvo a trabajar al Museo”.??Al mismo tiempo que combina su faceta de esposa y madre, Glennys se mantiene ocupada mostrándole al mundo su arte. Participó en la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo en Florencia, Italia y en donde sus obras ‘Nina la Rosa’ y ‘¡Viva la Vida!’ fueron expuestas junto a obras de artistas de alrededor de todo el mundo.??“Fue una experiencia artística, cultural y familiar intensa”, manifiesta Glennys al relatar cómo su madre y hermanas decidieron acompañarla a Florencia para presenciar la exposición de los cuadros de la “nena de la casa” en Europa. ??Y como mientras más exhibe el artista, mayor es su reconocimiento, Glennys se da a la tarea de someter sus obras a diferentes exposiciones y competencias, en las que ser escogido es un honor y un reconocimiento al talento, como fue el caso de la exposición en honor al Bicentenario de México, celebrada en Miami, y en las que la ponceña exhibió su obra “Cosas del Desván III”, junto a un selecto grupo de 100 artistas de 18 países.??Cada una de estas experiencias le provee nuevas vivencias y otra perspectiva como artista. En esos viajes la cámara fotográfica se convierte en su mejor aliada al capturar con ésta cada momento memorable que luego transfiere al canvas como un ‘collage’ o como una pintura en donde sus hijos son sus modelos. ??Junto a un grupo de artistas extranjeras residentes en la Isla formó el Taller Anacahuita, en honor a un árbol que tiene en el patio de su bella residencia. El grupo se reúne una vez por semana para compartir e intercambiar vivencias e ideas. Con su usual chispa, Glennys revela cómo en ocasiones convierte su casa en un “mercadillo’, en donde las 5 artistas del Anacahuita exponen sus obras al público invitado.??Describiéndose a sí misma como una “artista versátil”, por muchos años pintó la naturaleza abstracta con la espátula y el pincel y asegura que su medio favorito, “por ahora”, para expresar su arte es mezclar pintura con costura o medio mixto. ??Como toda una artista, domina a la perfección muchas facetas del arte, pero reconoce que su anhelo es dedicarse exclusivamente a pintar retratos porque “eso es lo mejor que hago”, y añade que en menos de 5 minutos puede pintar el retrato de una persona, pues “su mano se suelta”. Con sencillez admite que sus obras se encuentran en importantes colecciones privadas de Puerto Rico, Estados Unidos y Europa, y afirma que seguirá sometiendo sus obras en eventos locales e internacionales para darse a conocer. ??Simpática y vivaracha, Glennys dice con satisfacción que cuando a sus hijos le preguntan “¿qué hace tu mamá?” ellos contestan sin reparos “es artista”. De igual manera contesta su esposo Javier cuando alguien le pregunta a qué se dedica su esposa: “ella es artista”. Y muerta de la risa confiesa que cuando llena el papeleo en las oficinas médicas en el encasillado de ‘profesión’ escribe “ama de casa”.?
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